Inteligencia emocional y sus modelos: su importancia

para el proceso enseñanza aprendizaje

Emotional intelligence and its models: its importance

for the teaching-learning process

Inteligência emocional e seus modelos: sua importância

para o processo ensino-aprendizagem

 

María Susana Vásquez Barboza

mari09susi79.0826@hotmail.com

https://orcid.org/0000-0003-4049-655X

IEPSM N°6010227 Club De León, Iquitos, Perú

Ruth Teresa Arapa Turpo

rutharapa@upeu.edu.pe

https://orcid.org/0000-0002-9455-0366

Universidad Peruana Unión, Lima, Perú

 

 

Nilda Coralia Pancca Calsin

nilda.pancca@upeu.edu.pe

https://orcid.org/0000-0003-3775-9494

Universidad Peruana Unión, Lima, Perú

 

 

Noemí Yhamil Paricahua Palli

noemi.paricuahua@upeu.edu.pe

https://orcid.org/0000-0002-0443-8443

Universidad Peruana Unión, Lima, Perú

 

 

Marina del Águila Gonzales de del Castillo

marina_010454@hotmail.com

https://orcid.org/0000-0003-2343-4533

Universidad Nacional de la Amazonia Peruana, Iquitos, Perú

 

Recibido: 3 de enero de 2022

Aceptado: 6 de junio de 2022

 

Resumen

Este artículo de revisión presenta el objetivo de analizar la importancia y los modelos de la inteligencia emocional, en la vida de los estudiantes, durante el proceso enseñanza aprendizaje. El estudio se enmarca en un enfoque cualitativo. Se realizó una revisión de artículos científicos, revistas y libros, encontrados en las bases de datos: Elsevier, Scielo, Dialnet, Science direct, Redalyc y demás. Se abordaron los conceptos, la importancia, los modelos, entre otros. En conclusión, la inteligencia emocional es muy importante para el proceso enseñanza aprendizaje, cuyos beneficiarios son los estudiantes, quienes mejoran sus habilidades sociales y cognitivas, motivación, rendimiento académico, la regulación de los estados de ánimo.

Palabras clave: Inteligencia emocional, importancia, modelos, enseñanza-aprendizaje.

Abstract

This review article presents the objective of analyzing the importance and models of emotional intelligence, in the lives of students, during the teaching-learning process. The study is framed in a qualitative approach. A review of scientific articles, magazines and books, found in the databases: Elsevier, Scielo, Dialnet, Science direct, Redalyc and others, was carried out. Concepts, importance, models, among others, were addressed. In conclusion, emotional intelligence is very important for the teaching-learning process, whose beneficiaries are the students, who improve their social and cognitive skills, motivation, academic performance, and mood regulation.

Keywords: Emotional intelligence, importance, models, teaching-learning.

Resumo

Este artigo de revisão apresenta o objetivo de analisar a importância e os modelos da inteligência emocional, na vida dos alunos, durante o processo de ensino-aprendizagem. O estudo enquadra-se numa abordagem qualitativa. Foi realizada uma revisão de artigos científicos, revistas e livros, encontrados nas bases de dados: Elsevier, Scielo, Dialnet, Science direct, Redalyc e outras. Foram abordados conceitos, importância, modelos, entre outros. Em conclusão, a inteligência emocional é muito importante para o processo de ensino-aprendizagem, cujos beneficiários são os alunos, que melhoram suas habilidades sociais e cognitivas, motivação, desempenho acadêmico e regulação do humor.

Palavras-chave: Inteligência emocional, importância, modelos, ensino-aprendizagem.

 

Introducción

Durante el desarrollo humano, es decir, durante la niñez, la adolescencia, la juventud, la adultez y la vejez, se experimentan distintos cambios: físicos, emocionales. Para la realización de este artículo se revisó artículos científicos en revistas, libros, preferentemente desde el año 2016 hasta el 2022, en las siguientes bases de datos: Elsevier, Scielo, Dialnet, Science direct, Redalyc, entre otros.

Últimamente se ha hablado bastante del concepto de inteligencia emocional, cuyos antecedentes se revelan muchos años atrás. Sócrates, Platón, Aristóteles, invirtieron varios años de estudio para exponer que la emotividad es primordial, durante el proceso y desarrollo del hombre, para un correcto manejo de las emociones; es decir, con inteligencia.

La inteligencia emocional (IE) genera repercusiones significativas e importantes sobre el rendimiento académico de los estudiantes (Trucios Cabezas, 2018; Broc Cavero, 2019; Acevedo Salazar, 2019; Usán Supervía & Salavera Bordás, 2019). La IE ayuda a los estudiantes durante las situaciones de riesgo (Madrid, 2018), también fortalece a los pacientes oncológicos (Alejos Vera & Cambero Aguilar, 2017); contribuye para controlar el ejercicio compulsivo y los trastornos de las conductas alimentarias de los pre adolescentes y los adolescentes (Cuesta Zamora, 2018); mejora la autoestima de los estudiantes (Pantoja Solís, 2017); condicionan y mejoran las relaciones sociales en los contextos de la educación (Méndez-Giménez et al., 2018).

La IE también beneficia las actividades artísticas de los estudiantes; estas actividades son mejoradas significativamente, cuyos resultados son extendidos a toda la comunidad educativa y, por extensión, a la familia y otros entornos (Cuesta Torres, 2018). Es un factor protector de los adolescentes, quienes poseen ideas suicidas (Mamani-Benito et al., 2018).

El objetivo del estudio es analizar la importancia y los modelos de la inteligencia emocional, en el contexto de la educación.

 

Inteligencia emocional

Conceptos

Puertas Molero et al. (2019) sostienen que la inteligencia emocional (IE) no es, sino “un factor clave que repercute en el bienestar social y mental de los alumnos, lo que les facilita a comprender su entorno y a tomar decisiones acertadas ante las diversas situaciones conflictivas que surgen diariamente" (p. 84).

La IE ayuda el desarrollo de los seres humanos, en muchos aspectos en su vida. Asimismo, Pérez y Filella (2019) refieren: "Aprender a motivarse, a afrontar la frustración, a controlar la ira, a desarrollar y difundir el sentido del humor y a fomentar la empatía constituye solo una breve lista de competencias emocionales cuyo dominio permite estar mejor preparados para la vida" (p. 39).

Por otro lado, la "inteligencia emocional (IE) se refiere a la percepción que tienen los individuos respecto de sus disposiciones emocionales y a la capacidad para manejar, utilizar y entender sus propias emociones así como las de otros" (Petrides, Sanchez-Ruiz, Siegling, Saklofske, & Mavroveli, 2018, citados por Palomino y Almenara, 2019, p. 3)

La IE es un conjunto de habilidades cognitivas, gracias a las cuales el ser humano percibe, comprende y regula las emociones, cuyas tres habilidades esenciales son: la atención, la claridad y la reparación emocional; se trata de manifestaciones adaptativas, las cuales influyen sobre la capacidad del sujeto, para enfrentar las demandas y desafíos impuestos por el ambiente en el cual vive ( Mayer & Salovey, 1997; Mayer et al., 2004, citados por Ávila, Rambal, Oquendo, Vargas, 2021).

Para De la Cruz & Cruzata (2017), "la inteligencia emocional se define como la habilidad para reconocer, tratar y afrontar las propias emociones y la de los otros" (p. 3). Desde la perspectiva de Gallardo & Saiz (2016), "las emociones han sido a lo largo de la historia las que han posibilitado la permanencia en la tierra del ser humano, resolviendo satisfactoriamente determinadas decisiones que ponían en peligro la continuidad de la especie" (p. 222).

Para Valenzuela y Portillo (2018), "la inteligencia emocional también requiere de la comprensión propia y de la de las demás personas, en cuanto a cómo enfrentan sus sentimientos y las acciones que conducen sus pensamientos" (p. 12).

Importancia de la inteligencia emocional

La inteligencia emocional, sin duda, es muy importante. De acuerdo con Cejudo y Latorre (2015), en los seres humanos prevalece más lo emocional; el cerebro utiliza el 90% de las emociones, la parte racional solamente corresponde al 10%; en este sentido, resulta imprescindible educar emocionalmente a los individuos, especialmente a los estudiantes. Esta preocupación, en los padres y maestros, se constituye en una búsqueda extremadamente primordial; en todo el mundo, durante muchas décadas se han desarrollado y generado líderes capaces de dirigir empresas, instituciones, sociedades, bajo este marco teórico.

Para Danvila y Sastre, 2010), las inteligencias: cognitiva y emocional son complementarias, el término “Inteligencia emocional" se ha debido, en gran parte, a que el conocimiento y las emociones se interrelacionan y, además, explican los distintos niveles de éxito, en diversos ámbitos de la vida; obviamente, en el ámbito laboral.

En el ámbito social, la inteligencia emocional impacta positiva y significativamente. González y González (2011) refieren que, en este sentido, existe una relación directa entre la inteligencia emocional y la mejora del clima social, en la escuela y en todos los implicados, durante los procesos de enseñanza y aprendizaje, sean alumnos, padres de familia y profesores.

Si se operan armónicamente la parte emocional y racional, permitirían tomar las mejores decisiones y, por lo tanto, obtener el comportamiento asertivo. La inteligencia emocional implica las emociones intrínsecas: valiosas para el fortalecimiento individual y el reajuste emocional (Ruiz y Carranza Esteban, 2018).

Rodríguez et al. (2011) subrayan la importancia de la inteligencia emocional, para la cotidianidad del ser humano, constituyéndose en un factor de gran influencia, para los miembros de la sociedad, durante su desempeño interpersonal e intrapersonal, durante la regulación emocional, durante el manejo de la ansiedad, entre otros trastornos.

Para Pérez et al. (2019), gracias a sus propias emociones, las personas afrontan los sucesos vitales, abierta y positivamente, aumentando su satisfacción con las cosas de la vida. Regulan las emociones en forma adecuada, también minimizan las emociones desagradables, experimentan estados emocionales muy agradables durante la mayor parte del tiempo.

El docente, al encontrarse muy bien emocionalmente, influirá en forma positiva sobre las acciones y actividades académicas de todo estudiante, más aún en el adolescente, quienes se hallan en un proceso de cambios corporales y aceptación de sí mismos. Es necesario ofrecer todo tipo de atención al proceso emocional de infantes y adolescentes. La inteligencia emocional se ha constituido en un elemento incidente favorablemente, sobre el bien mental y colectivo de las personas, sobre el ámbito educativo, desempeña un rol primordial en el desarrollo de la enseñanza-aprendizaje (Puertas, Zurita, Chacón, Castro, Ramirez, et al., 2020).

Los factores sociales, emocionales y afectivos juegan un papel importante, para la interacción y el desarrollo de competencias personales; potenciar estos factores es relevante. Los sentimientos y emociones están presentes todos los días en las vidas de los alumnos, quienes adquieren mejor los conocimientos cuando están motivados; así cultivan iniciativa y confianza (Valenzuela & Portillo, 2018).

Para Valenzuela y Portillo (2018), la inteligencia emocional facilita y permite el mejor manejo de las emociones y sentimientos, los cuales repercuten sobre el buen rendimiento escolar; es primordial y relevante para los adolescentes, los niños, quienes con alto nivel de inteligencia emocional lograrán la mejor formación integral: personal, emocional, académico y social.

La inteligencia emocional genera mejor rendimiento académico, para mejorar dicho  rendimiento es necesaria la satisfactoria inteligencia emocional; las capacidades emocionales ayudan a los estudiantes, para afrontar los problemas de manera adecuada, les permite pensar antes de actuar (Danvila y Sastre, 2010). Usán y Salavera (2018) concuerdan en que inteligencia emocional y rendimiento académico están relacionados. La IE no afecta en forma negativa; revelan muchos beneficios, especialmente para la atención y regulación emocional: dimensiones muy importantes de la inteligencia emocional. Fernández Berrocal y Cabello (2021) afirman que "la IE tiene grandes beneficios en el ámbito escolar, que van desde disfrutar de una mejor salud y bienestar personal, a unas relaciones sociales más constructivas y positivas, pasando por un mejor rendimiento y éxito académicos" (p. 43).

La IE debería ser potenciada, desde la convivencia en la familia, desde la convivencia en la educación, desde donde se extiende hasta el trabajo: la institución de trabajo, en todas las relaciones y los encuentros humanos (Pulido & Herrera, 2017). Para Gómez & Cano (2020), esta inteligencia el favorece el arrostramiento de las situaciones académicas que suelen ser estresantes; las relaciones entre estas variables tienen sus particularidades. Valenzuela y Portillo (2018) suscriben la importancia de la IE para el ejercicio docente; sus altos niveles percibidos se relacionan positivamente con importantes variables: el bienestar emocional, autoestima, resiliencia, satisfacción vital, felicidad subjetiva, buen afrontamiento del estrés, prevención del síndrome de burnout.

De acuerdo con Costa et al. (2021), la IE es una premisa muy importante, permite entender que todas las acciones humanas están basadas sobre respuestas emocionales. Lo que marca la diferencia entre la acción de una persona y de la otra frente al mismo estímulo, es el factor cognitivo, determinado por la forma como esa persona ha sido educada emocionalmente a lo largo de su vida. Para  Fragoso ( 2018), “todo sistema racional tiene, en su base, un sistema emocional; es decir, la emoción posee un componente cognitivo y los procesos cognitivos se integran de un elemento emocional”(p. 16).

Las emociones han sido parte del ser humanos durante generaciones, según Elizondo et al. (2018) concluyen:

la importancia de las emociones en el aprendizaje, no sólo la sabiduría encerrada en la milenaria cita platónica que abría este trabajo se revela como increíblemente acertada, sino que la consideración de los hallazgos que emergen de la neurociencia debería ser algo ineludible en la elaboración de nuevas y más eficientes metodologías de enseñanza- aprendizaje (p. 41)

Para asimilar una idea más completa de la importancia de la IE, la cual beneficia los diversos aspectos de la vida. Castañeda Quinteros (2020) afirma que beneficia los siguientes ámbitos:

· En el ámbito personal: permite ajustar el autoconcepto y la autoestima.

· En el ámbito social: permite mejorar las habilidades sociales e interacciones que se produzcan.

· En el ámbito afectivo: permite reconocer e identificar emociones y sentimientos.

· En el ámbito cognitivo: permite la asimilación de sensaciones con emociones y sentimientos.

· En el ámbito comunicativo: fomenta la expresión y comunicación, tanto oral como corporal, de ideas, pensamientos, sentimientos, opiniones, etc. (pp. 14-15).

 

Modelos

Modelo de Goleman

García Fernández & Giménez-Mas (2010) analizaron la perspectiva de Goleman, quien establece la existencia de un cociente emocional que no se opone al cociente intelectual clásico, sino ambos se complementan. Este complemento se manifiesta en las interrelaciones que se producen. Un ejemplo lo podemos observar entre las comparaciones de un individuo con un alto cociente intelectual, pero con poca capacidad de trabajo y otro individuo con un cociente intelectual medio y con alta capacidad de trabajo. Ambos pueden llegar al mismo fin, ya que ambos términos se complementan.

Según García Fernández & Giménez-Mas (2010),  los componentes que constituyen la IE según Goleman son:

· Conciencia de uno mismo: Es la conciencia que se tiene de los propios estados internos, los recursos e intuiciones.

· Autorregulación: Es el control de nuestros estados, impulsos internos y recursos internos.

· Motivación: Se explican como tendencias emocionales que guían o que facilitan el logro de objetivos.

· Empatía: Se entiende como la conciencia de los sentimientos, necesidades y preocupaciones ajenas.

· Habilidades sociales: Es la capacidad para inducir respuestas deseables en los demás pero no entendidas como capacidades de con- trol sobre otro individuo (p. 46).

Modelo de Salovey y Mayer

De acuerdo con la revisión de García Fernández y Giménez-Mas (2010), el modelo de Salovey y Mayer considera que la inteligencia emocional contiene y proyecta muchas habilidades:

· Percepción emocional: Habilidad para identificar las emociones en sí mismo y en los demás a través de la expresión facial y de otros elementos como la voz o la expresividad corporal.

· Facilitación emocional del pensamiento: Capacidad para relacionar las emociones con otras sensaciones como el sabor y olor o, usar la emoción para facilitar el razonamiento. En este sentido, las emociones pueden priorizar, dirigir o redirigir al pensamiento, proyectando la atención hacia la información más importante. Por otro lado, la felicidad facilita el razonamiento inductivo y la creatividad.

· Compresión emocional: Habilidad para resolver los problemas e identificar que emociones son semejantes.

· Dirección emocional: Compresión de las implicaciones que tienen los actos sociales en las emociones y regulación de las emociones en uno mismo y en los demás.

· Regulación reflexiva de las emociones para promover el crecimiento personal: Habilidad para estar abierto a los sentimientos ya sean positivos o negativos (p. 47).

El modelo de Matineaud y Engelhartn

Para García Fernández y Giménez-Mas (2010), el modelo de Matineaud y Engelhartn, los componentes de la inteligencia emocional son:

· El conocimiento es sí mismo.

· La gestión del humor.

· Motivación de uno mismo de manera positiva.

· Control de impulso para demorar la gratificación.

 

Modelo de Bisquerra

De acuerdo con Oliveros (2018), el modelo de Bisquerra presenta las siguientes competencias:

· la conciencia emocional permite identificar y comprender las emociones y sentimientos propios, así como el clima emocional de un contexto determinado.

· La regulación emocional que comprende las competencias de expresión emocional apropiada, la regulación de emociones, las habilidades de afrontamiento y la competencia para autogenerar emociones positivas.

· La autonomía emocional describe características como la automotivación, la autoeficacia emocional, la responsabilidad, la actitud positiva, el análisis crítico de normas sociales y la resiliencia.

· La competencia social, abarca poder dominar las habilidades sociales básicas, lograr el respeto a los demás, practicar la comunicación receptiva, practicar la comunicación expresiva, compartir emociones, mostrar un comportamiento pro-social y de cooperación, practicar la asertividad, la prevención y solución de conflictos, y la capacidad para gestionar situaciones emocionales.

· Finalmente presenta las competencias para la vida y el bienestar que representa fijar objetivos adaptativos, tomar decisiones, buscar ayuda y recursos, practicar la ciudadanía activa, participativa, crítica, responsable y comprometida, buscar el bienestar emocional y fluir (p.12).

 

Estrategias para la enseñanza de la Inteligencia Emocional

La gestión de emociones permite el apropiado manejo de sentimientos y pensamientos de manera positiva, llevándolo a la práctica y no solo enfocándose en lo teórico. “Para desarrollar competencias emocionales no es suficiente la tradicional educación en valores basada en charlas sobre el tema, o en folletos ni tampoco las declaraciones de principios y valores contenidos en un proyecto educativo” (González, Martín y León, 2010, p. 74).

 “La práctica de la educación emocional debe llevarse a cabo fundamentalmente mediante metodologías vivenciales y participativas que contemplen actividades diversas y favorezcan la introspección y el autoanálisis” (Pérez y Filella, 2019, p. 37).

 

Conclusiones

La inteligencia emocional es fundamental para desarrollar las habilidades: reconocer, regular y comprender las emociones. La IE desarrolla la motivación, el buen rendimiento académico, la regulación de los estados de ánimo; forja las relaciones empáticas, la comunicación efectiva, la resolución de conflictos y la expresión de sentimientos. Ayuda a construir relaciones sociales sólidas; permite afrontar situaciones difíciles; genera capacidad para entender, analizar información y utilizarla de manera más asertiva, en el marco de un buen desenvolvimiento social. La inteligencia emocional se desarrolla en todos, sin límite de edad.

Los modelos presentados son ventajosos; según Goleman, la IE ayuda a tener conciencia de uno mismo, genera autorregulación, motivación, empatía y habilidades sociales. El modelo de Salovey y Mayer resalta que la IE es la capacidad, para gestionar las emociones de una persona y de los demás. Por su parte, el modelo de Matineaud y Engelhartn destaca la importancia de los componentes de la inteligencia emocional: autoconocimiento, gestión de humor, motivación positiva, control de impulso, aptitud de ponerse en vez del otro. También el modelo de Bisquerra aporta la conciencia emocional, la regulación emocional, la autonomía emocional, la competencia social y la capacidad para gestionar situaciones emocionales.

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