Estimulación temprana: su
importancia
para los hijos menores de
tres años
Early
stimulation: its importance for children
under three
years of age
Estimulação
precoce: sua importância
para
crianças menores de três anos
Judith Alejandrina
Soplin Rios
|
Melva Hernández García https://orcid.org/0000-0001-6685-4541 Universidad
Peruana Unión, Lima, Perú |
Vanessa
Cristabel Torres Namoc https://orcid.org/0000-0002-6909-4442 Universidad Peruana Unión, Lima,
Perú |
Rosely Denisse Espinoza Vásquez https://orcid.org/0000-0002-7984-9730 Universidad
Peruana Unión, Lima, Perú |
Recibido: 3 de enero de 2022
Aceptado: 6 de junio de 2022
Resumen
Este artículo tiene el objetivo de exponer la
importancia de la estimulación temprana, para los hijos menores de tres años,
en el ámbito del fortalecimiento del desarrollo motriz, cognitivo, socio-emocional
y comunicativo, cuya estimulación debe realizarse durante los primeros días de
vida del niño, realizada por los propios padres en su respectivo hogar, sin
perder de vista el ambiente, los materiales, el proceso, el tiempo, el
desarrollo individual y la predisposición. El estudio es totalmente
cualitativo, se realizó mediante de la revisión de artículos científicos,
libros y tesis en diferentes buscadores: Redalyc, Scopus, Scielo y otros. Por
lo tanto, se puede concluir que la estimulación temprana contribuirá
significativamente, para el desarrollo psicomotor durante los primeros tres
años de vida, brindando a los hijos autonomía e independencia para enfrentar la
vida con éxito.
Palabras clave: estimulación temprana,
importancia, juegos, actividades, padres.
Abstract
This
article aims to expose the importance of early stimulation, for children under
three years of age, in the field of strengthening motor, cognitive,
socio-emotional and communicative development, whose stimulation must be carried
out during the first days of the child's life. child, carried out by the
parents themselves in their respective homes, without losing sight of the
environment, materials, process, time, individual development and
predisposition. The study is completely qualitative, it was carried out by
reviewing scientific articles, books and theses in different search engines:
Redalyc, Scopus, Scielo and others. Therefore, it can be concluded that early
stimulation will contribute significantly to psychomotor development during the
first three years of life, giving children autonomy and independence to face
life successfully.
Keywords:
early stimulation, importance, games, activities, parents.
Resumo
Este
artigo tem como objetivo expor a importância da estimulação precoce, para
crianças menores de três anos, no campo do fortalecimento do desenvolvimento
motor, cognitivo, socioemocional e comunicativo, cuja estimulação deve ser
realizada nos primeiros dias de vida da criança. criança, realizada pelos próprios
pais em suas respectivas casas, sem perder de vista o ambiente, os materiais, o
processo, o tempo, o desenvolvimento individual e a predisposição. O estudo é
totalmente qualitativo, foi realizado por meio da revisão de artigos
científicos, livros e teses em diferentes buscadores: Redalyc, Scopus, Scielo e
outros. Portanto, pode-se concluir que a estimulação precoce contribuirá
significativamente para o desenvolvimento psicomotor durante os três primeiros
anos de vida, conferindo às crianças autonomia e independência para enfrentar a
vida com sucesso.
Palavras-chave:
estimulação precoce, importância, jogos, atividades, pais.
Actualmente
se vive en una sociedad muy demandante, donde se requiere que los niños
aprendan en demasía a temprana edad; quien alcance estas exigencias, tendrá más
probabilidad de conseguir el éxito (Medina Salas, 2002).
Sin
embargo, no todos los niños se encuentran a este nivel de exigencia. A la luz
de los estudios, Bowlby (2016, citado por Cadena, León, Pasquel, and Usamá, 2017) afirma:
En la actualidad observamos que la mayoría de los niños
tienen un déficit en sus capacidades, habilidades, destrezas, por la falta de
conocimiento de los padres, puesto que los niños no están a su cuidado o no les
prestan la debida atención por falta de tiempo, por el trabajo, los dejan al
cuidado de otras personas que desconocen cómo se debe potenciar sus destrezas.
Todo esto conlleva que los niños disminuyan su crecimiento y su desarrollo, o
estén en déficit con los apegos psicológicos y afectivos que de la edad
necesitan (p. 84).
Por
su lado, Medina Salas (2002) menciona:
La Organización Mundial de la Salud, refiere que el 60%
de los niños menores de seis años no se encuentran estimulados, lo cual puede
condicionar un retraso en cualquiera de sus tres esferas, refiriendo además que
la falta de estimulación se da más en las áreas rurales debido a la educación
de los padres (p. 63).
Esta
problemática se da, porque la estimulación temprana es subestimada y le restan
importancia. Al respecto, DIRESA (2005, citado (Flores Aguilar, 2013) menciona:
el Sector Salud da atención a los niños de 0 a 3 años
con el paquete de atención integral y la estimulación temprana está dentro del
paquete educativo. Sin embargo, no se tiene registro, y en la práctica, se da
la estimulación temprana en niños menores de 1 año y sólo cuando presenta un
problema en su desarrollo psicomotor. Con respecto a la cobertura de atención
de los niños menores de 3 años, se reconoce como la más baja dentro de los
grupos etáreos (p. 102).
Por
su parte, Esteves Fajardo, Avilés Pazmiño y Matamoros Dávalos (2018) comentan:
El problema de nuestro medio, es el desconocimiento de
las estrategias, los beneficios y los juegos adecuados para la estimulación
temprana, pues lo poco que se sabe nos llega muy sintetizado en revistas,
programas de televisión o lo más frecuente en las redes sociales, en vez de
satisfacer las dudas de la comunidad que quieren aplicarlo, despierta más
inquietudes (p. 27).
En
este contexto, se observa que los padres de familia desconocen la forma como
aplicar la estimulación temprana en sus hogares, incluso no saben qué se
refiriere cuando se habla de estimulación temprana, si el escenario es
diferente. Alcívar-Chávez (2018) sostiene que la estimulación temprana “es un procedimiento
usado para impulsar el desarrollo temprano de habilidades, su resultado se verá
en la efectividad con que el individuo realizará o llevará a cabo una actividad
inducida tempranamente” (pp. 320 y 321). Al respecto, Ramos Miño, Pincay Cevallos, Llanos González y Vinueza
Villacis (2019) afirman que “es una de
las actividades más importantes en los primeros años de vida, ya que, en esta
etapa se maduran y desarrollan capacidades fundamentales entre las que se
encuentran: el área del lenguaje, sensorial, física y psicológica” (p. 167). De
acuerdo con Sánchez Palencia (2017, citado por Huepp Ramos and Fornaris Méndez (2021), “se entiende por estimulación temprana,
a aquella atención
que se debe
proporcionar al niño para
que éste se
desarrolle en las
mejores condiciones físicas, intelectuales y sociales posibles”
(p. 3).
Este proceso se recomienda comenzarlo en los primeros 45
días de nacido, a través, de programas adaptados a la estimulación
temprana. Este tipo de actividades va
enfocado a una serie de juegos y ejercicios realizados en un ambiente adecuado
y específico para cada edad (Ramos Miño et al., 2019, p. 167)
El
papel de los padres posee gran importancia; ellos son los primeros en recibir
el llamado para estimular a sus hijos. De acuerdo con las apreciaciones de Garrido Sandino, Morales Piedra y Madriz Bermúdez (2020),
El ámbito familiar es por excelencia el espacio en el
que el infante se desenvuelve, donde se siente motivado y puede aprender
rodeado de las personas significativas. Por esta razón, en la atención temprana
la familia es la protagonista. El hogar brinda oportunidades de aprendizaje
continuas, variadas y permanentes a lo largo del día en la interacción con los
diferentes miembros de ésta, en contraposición con el espacio y el tiempo limitados
que pueda recibir en las sesiones de “estimulación temprana” en un centro
educativo o de salud (p. 8).
Rojas (2009) confirma:
A partir del nacimiento, el ambiente familiar es
fundamental para el desarrollo del niño. El televisor, la computadora y, en
general, todas las distracciones electrónicas que nos rodean, son de mucho
beneficio siempre y cuando no los sustituyamos por el arrullo de la madre y los
juegos entre padres e hijos, donde intervienen los cantos y las expresiones
corporales (p. 36).
Esteves Fajardo et al. (2018) exponen:
Aprender es un proceso que inicia desde el vientre de la
madre, con los primeros estímulos que el bebé recibe del mundo exterior, al
nacer el niño es dependiente de sus padres, lo que ellos le enseñan marcará su
personalidad y su forma de desenvolverse ante la sociedad, de esta cuenta se
dice que los padres son los primeros maestros de sus hijos, en otros casos que
son el reflejo de sus padres (p. 27).
Por
su lado, Gerstenhaber (2001, citado por Ramírez-Abrahams, Patiño-Mora, and Gamboa-Vásquez (2014) manifiesta:
la supervivencia de los niños y niñas depende, en gran
parte, de la proximidad que tengan con los adultos que les rodean, los cuales,
la mayor parte del tiempo son sus familiares quienes, a su vez, suplen las
necesidades e intereses de acuerdo con las señales que ellos y ellas les
comunican (p. 74).
Según
Mercado Garcés Maritza, Soncco Sucapuca y Mantilla Sagástegui,
2009), “los efectos positivos
de la Estimulación Temprana en el desarrollo infantil son indiscutibles, una
persona que está bien desarrollada física, mental, social y emocionalmente
tendrá mejores oportunidades que una persona que no fue estimulada” (p. 7).
Martínez (2013, citado por Cadena et al., 2017) argumenta que “los bebés estimulados y sus familias mostraron
lazos más intensos y una mayor cohesión familiar. La estimulación prenatal
provee una base duradera para la comunicación amorosa y las relaciones
padres-hijos” (p. 85).
Al
respecto, Mercado Garcés et al., 2009) afirman:
La falta de estimulación y de cuidados por parte de la
familia a temprana edad, tiene efectos devastadores e irreversibles en el
desarrollo, el cual se ve expresado posteriormente a través de un coeficiente
intelectual bajo, con las respectivas consecuencias en el rendimiento escolar.
Por el contrario, las experiencias ricas y positivas, durante la primera
infancia, pueden tener efectos favorables, ayudando a los niños y niñas en la
adquisición del lenguaje, el desarrollo de destrezas para la resolución de
problemas y en la formación de relaciones saludables con niñas y niños de su
misma edad y adultos (p. 7).
Para
Barreno-Salinas y Macías-Alvarado (2015),
la incorporación de la estimulación temprana, tiene una
gran influencia en la educación psicomotriz, desarrollando la personalidad de
los niños, originando en ellos seres reflexivos, analíticos e interpretativos.
Aumenta sus destrezas y habilidades de una manera innata, lúdica y artística;
en la historia la estimulación temprana ha alcanzado avances significativos en
la educación, teniendo como habilidades que desarrolla, las relaciones con las
demás personas y el ambiente (p. 111).
Rojas (2009) expone:
Si un niño tiene un entorno donde se le estimula
positivamente en distintas áreas, este niño irá moldeando su carácter, talento,
su forma de pensar y de sentir. Igualmente pasa cuando hay un ambiente negativo
en la educación del niño. Esto se
demuestra cuando vemos a los hijos crecer y cada vez se van pareciendo más a
los padres, la misma entonación de voz, gestos, postura, etc. (p. 38).
Por
su parte, Esteves Fajardo et al. (2018) opinan:
Las primeras experiencias en la vida de un niño
permanecen para siempre. Esa es la consigna de quienes promueven la
estimulación temprana de los pequeños, para que en el futuro les sea más fácil
estudiar, se sientan más seguros de sí mismos, le permitan aprender, dicho
proceso ayuda a desarrollarse de una mejor manera ante el mundo que le rodea
(p. 27).
El
objetivo del estudio es exponer la importancia de la estimulación temprana,
para hijos menores de tres años, los padres y los profesores, cuyas
orientaciones, recursos y materiales deben ser aplicados por los padres,
durante el proceso respectivo, cuyo proceso será realizado en sus respectivos
hogares, de manera sencilla y regular, mediante el uso de algunos materiales,
juegos, actividades que fortalecerán las áreas del desarrollo psicomotor.
Estimulación temprana
Concepto
Mercado Garcés et al. (2009) exponen que “la estimulación temprana es un conjunto de
ejercicios, juegos y otras actividades que se les brinda a los niños y niñas de
manera repetitiva en sus primeros años de vida, con el objetivo de desarrollar
al máximo sus capacidades físicas, emocionales, sociales y de aprendizaje”
(p.15).
González (2007) afirma:
La estimulación es un proceso natural que se pone en
práctica en la relación diaria con el bebé, a través de éste el niño utilizará
al máximo sus capacidades e irá ejerciendo mayor control sobre el mundo que le
rodea al tiempo que sentirá gran satisfacción al descubrir que puede hacer las
cosas por sí mismo (p. 19).
Por
otro lado, Mercado Garcés et al. (2009) argumentan:
Para el personal de salud la estimulación temprana es un
conjunto de acciones que proporcionan al niño sano, en sus primeros años de
vida, las experiencias que necesita para el desarrollo máximo de sus
potencialidades físicas, mentales, emocionales y sociales, permitiendo de este
modo prevenir el retardo o riesgo a retardo en el desarrollo psicomotor. Su
práctica en aquellos niños que presentan algún déficit de desarrollo, permite
en la mayoría de los casos, llevarlos al nivel correspondiente para su edad
cronológica (Mercado Garcés et al., 2009, p. 15).
Edad apropiada para
iniciar la estimulación temprana
Para
Condori Choque (2017, citado por Puente Perpiñan et al., 2020),
la estimulación temprana es el conjunto de acciones que
se ejecutan en los 3 primeros años de vida para que los infantes no presenten
ningún tipo de retraso en el desarrollo psicomotor, pues el desarrollo
cerebral en este periodo depende de la calidad de dicha estimulación, que
favorecerá́ la adquisición de conocimientos (pp. 1131, 1132).
Para
Duas (2020, citado por Carreño Acebo y Calle Poveda, 2020), “el período neonatal es clave para iniciar un Programa de
Estimulación temprana con el objetivo de mejorar las condiciones del niño,
siempre involucrando a su familia en los cuidados” (p. 514).
Según
Esteves Fajardo et al. (2018), “esta técnica se realiza desde el nacimiento del bebé hasta
los 6-7 años, porque es
en este período
donde se va
desarrollando la estructura
del pensamiento y la
personalidad del niño” (p. 27).
Padres: primeros maestros de estimulación temprana
De
acuerdo con Garrido (2015, citado por Carreño Acebo y Calle Poveda, 2020), “los estudios enfatizan la importancia de que la familia y
los cuidadores se incorporen en la estimulación y atención temprana de la niñez
desde el nacimiento” (p. 511). Colomé Medina & Fernández Fernán (2017,
citados por Huepp Ramos and Fornaris Méndez, 2021) refieren que “es en la familia donde se experimentan las primeras
experiencias emocionales y educativas y a la vez en su seno se les garantiza la
seguridad y estabilidad necesarias para su desarrollo futuro” (p. 7).
Esteves Fajardo et al. (2018) corroboran:
Los padres pueden ayudar a sus hijos jugando con ellos.
Al jugar, el niño aprende y estimula sus capacidades intelectuales, entre ellas
la atención, la memoria y el raciocinio. El juego hace que el niño sociabilice,
haga uso de su creatividad, desarrolle su imaginación y posibilite el aprendizaje
significativo, puesto que la actividad capta su interés y atención (p. 28).
Huepp
Ramos y Fornaris Méndez (2020, citados por Huepp Ramos y Fornaris Méndez, 2021) afirman:
La participación de la familia y su vínculo emocional
positivo con el niño durante el proceso de estimulación temprana es un aspecto
que ejerce una influencia efectiva tanto en el niño como en los padres participantes
lo cual fue demostrado en el desarrollo de la investigación (p. 7).
Según
Carreño Acebo y Calle Poveda, 2020),
De la calidad de la relación de la madre, y otros
adultos que establecen relación con el niño en el medio familiar, y de cómo
organizan sus interacciones, depende mucho la calidad de las destrezas del
niño, comunicativas, cognoscitivas y sociales (p. 505).
Materiales y espacio
Para
Peralta (2005, citado por Ramírez-Abrahams et al., 2014),
la selección de los materiales es fundamental, pero en
realidad no se requiere de recursos costosos para el trabajo con bebés, la
calidad de los objetos debe determinarse por la intencionalidad e interacción
del adulto con el niño y la niña, y el material (p. 80).
Por
su lado, Zarate Fachin (2016) refiere “para que un programa de estimulación temprana sea
efectivo, el material debe adaptarse a la rapidez de aprendizaje de los bebés,
pero también a sus limitaciones sensoriales” (p. 4).
“El
material de estimulación tendrá inicialmente imágenes grandes, claras y
llamativas, si no fuera así, su bebé no las percibiría. Conforme avance la
estimulación, las imágenes se irán adaptando a la maduración de las vías
sensoriales” (Zarate Fachin, 2016, p. 5).
En
cuanto al espacio y/o ambientación, Medina Salas (2002) afirma:
Existen dos posibilidades, cuando se trate de niños
normales en donde únicamente se quiera potencializar las capacidades puede
llevarse a cabo en su casa o algún centro donde eleven estimulación temprana.
Pero cuando ya tiene factores de riesgo para daño neurológico o datos de alarma
o lesión neurológica se debe llevar a cabo en algún centro especializado y con
personal altamente capacitado y de preferencia bajo la supervisión de un rehabilitador
pediátrico, sabiendo que cuando existe daño neurológico la estimulación es
parte de un total que es la rehabilitación integral del niño (p. 63).
Para
Fernández García (2011),
los espacios tengan una atmósfera tranquila y cálida,
que se pueda disponer de lugares cerrados y limitados para los más pequeños y
de otros más amplios y abiertos para los de mayor edad. Asimismo, se debería
facilitar una sala vacía, sin elementos estimulantes que puedan interferir,
especialmente pensada para niños muy activos o hiperactivos, dispuesta para
poder colocar únicamente aquellos objetos que se precisen para cada niño en
concreto (p.21).
Áreas de desarrollo
psicomotor del niño
Para
Medina Salas (2002), el desarrollo puede evaluarse por medio de la observación,
está dividido en las siguientes áreas: motricidad gruesa y fina, lenguaje,
cognición, personal y social. Por su lado, Pérez (2002, citado por González, 2007) da relevancia a las siguientes áreas de intervención:
Área
Socio-Emocional: sobre ésta se establece la interacción y posterior relación
del niño con el mundo que lo rodea.
Área Motora: el término motor se refiere a
cualquier movimiento ejecutado. El movimiento se constituye en el gran pilar
del aprendizaje, la afectividad y el desarrollo intelectual.
Área
Cognoscitiva: hace referencia a la forma como el ser humano conoce el medio que
lo rodea y organiza la realidad.
Área
de la Comunicación: el lenguaje como elemento de la comunicación, es un sistema
de signos, símbolos y gestos que permiten al hombre expresarse (p. 21).
Actividades y juegos para
fortalecer las áreas de desarrollo psicomotor
· La participación
familiar, sobre todo de los padres, es clave para el éxito de esos programas;
· Para la estimulación
temprana se emplean una gran variedad de estrategias y actividades, pero se
contempla sobre todo el uso de los juegos, la música, los ejercicios físicos,
los deportes, la lectura, el teatro y actividades artísticas (Carreño Acebo y Calle Poveda, 2020, p. 518).
Para
la UNICEF (2011, citado por Ramos Miño et al., 2019),
Los ejercicios que se emplean desde los primeros días de
nacido hasta los 5 años deben ser adecuados según la edad del infante. Adicional a esto, la revista digital para
profesionales de la enseñanza en su publicación en el año 2011 expresa, que al
inicio las actividades se enfocan en reforzar el vínculo emocional, masajes y
estímulos sensoriales, respetando el desarrollo natural del bebé, y el instinto
natural de sus padres. Luego se inician actividades de motricidad gruesa, motricidad
fina, concentración y lenguaje (p. 173).
Según Cadena
et al. (2017), estas son las actividades que se desarrolla en
cada área y etapa de la atención temprana:
Actividades o juegos de 0 a 12 meses
Área de
motricidad
Motor
grueso
-
Se majasea el cuerpo del bebé con crema o aceite
empleando palabras cariñosas.
-
Se usa juguetes de colores atractivos y sonidos
alegres, para incentivarle a levantar o girar la cabeza. Si le dificulta
levantarla, ponerle una almohada bajo su pecho y hombros o inclinarlo sobre tu
pecho casi sentado.
-
Para que aprenda a girar su cuerpo, se debe poner
al bebé sobre un manto, luego levantarlo de un lado, para que ruede hacia el
otro extremo, mientras se le habla afectuosamente.
Motor
fino
-
El progenitor coloca su dedo en la palma de la
mano de la criatura, quien al sentir el tacto lo cierra. Esto ayudará a
estimular sus reflejos.
Área socio-emocional
-
Colocar al bebé frente a un espejo, para
apreciarse y reconocerse en compañía de su progenitor.
Área
cognitiva
-
Para provocar el reflejo del parpadeo del bebé, es
necesario dar un golpe suave en la punta de la nariz.
-
Deje que el bebé recoja el juguete que soltó sin
ayuda de nadie.
-
Aparece y desaparece frente a la prole.
Área de
lenguaje
-
Cuando el bebé no pueda conciliar el sueño, es
necesario que le dé caricias, que le sonría y le hable de manera tierna y
clara, aunque no te entienda.
-
Llámale por su nombre suavemente.
-
Enseñarle a saludar y despedirse usando el
movimiento de las manos.
-
Cuente al bebé todo lo que hizo durante el día con
un lenguaje claro.
-
Enseñe al bebé a identificar los sonidos de los
animales y objetos, haciendo uso de material abstracto o concreto.
-
Refuerce y celebre el balbuceo cuando repita
algunas sílabas.
Cadena
et al. (2017) tienen propuestas claras, precisas, incluso son
bastante prácticas, hablan del tiempo, las actividades:
El tiempo aproximado que deben
durar estas actividades es de unos diez minutos, cuando el bebé esté
despierto y tranquilo. Los horarios de sueño y alimentación deben ser
respetados. En esta etapa del desarrollo, el bebé ya sabe balbucear y emitir
algunos sonidos que ha aprendido por imitación a los adultos. Por tanto,
también es posible realizar algunos ejercicios de estimulación del lenguaje que
le ayuden a incrementar su vocabulario, a comunicarse y a ganar autonomía e
independencia (p. 87).
Actividades o juegos de 1 a 2 años
Área de
motricidad
Motor
grueso
-
Ayude al niño o la niña a ejercitar su equilibrio,
inclinándole hacía adelante, hacia atrás y a los lados, con mucha suavidad.
Poco a poco ir soltándolo de acuerdo con los resultados.
Motor
fino
-
Brinde a la criatura hojas y colores, para que
pueda expresarse de manera libre.
Área socio-emocional
-
Use algunos recursos: el libro o muñecos, con
diversas texturas, para que lo pueda manipular y reconocer por sus diferentes
texturas. Esto beneficia mucho la percepción.
-
Ponerle ropa adecuada y dejar la mano libre, para
que sienta diferentes sensaciones.
Área
cognitiva
-
Permite que el bebé lo vea cuando está
cepillándose, peinándose; de esta manera, él o ella imitará estos modelos.
Área de
lenguaje
-
A través de un juego, recite las partes del
cuerpo, para que el bebé pueda tocarse, según la orientación que le dé. Siempre
celebre sus logros con amor y ternura, esto beneficia el proceso de identidad.
Actividades o juegos de 2 a 3 años
Área de
motricidad
Motor
grueso
-
Pegue sobre el piso una cinta de color rojo y al
extremo de verde, así como si fuera un signo igual, para que la criatura pueda
diferenciarlo y, al momento de dar la indicación (rojo o verde), pueda
trasladarse o moverse sobre la cinta correcta. Esto beneficia el autocontrol y
la paciencia.
Motor
fino
-
Involucre al bebé en las actividades de la casa,
clasificando los juguetes o la ropa, determinando el modelo, el color, el
tamaño, la forma. Esta actividad favorece la concentración.
Área socio-emocional
-
Enséñale que cosas le pertenecen y cuáles no deben
tomar.
-
Imparta lecciones sencillas: recoger sus
juguetes.
-
“Enséñale a expresar sus sentimientos y
descubrirlos, preguntándole cómo se siente”.
-
Instrúyele a ser limpio y ordenado.
-
Incúlquele a subirse y bajarse los pantalones,
para que pueda hacer sus necesidades; vestirlo siempre con ropa cómoda y fácil
de usar.
Área
cognitiva
-
Enséñele a armar el rompecabezas de piezas
grandes. Esta actividad aumenta la conciencia espacial visual.
Área de
lenguaje
-
Emplea las canciones que tengan un mensaje o
enseñanza, sobre valores, números, vocales, etc.
-
Busca un lugar cómodo y tranquilo, para relatar
algunas historias o cuentos, con apoyo de ilustraciones, recursos paraverbales; luego realizar algunas preguntas o pedir a la
criatura que cuente lo escuchado.
Orientaciones para los
padres al aplicar la estimulación temprana
Para
materializar la estimulación temprana,
Esteves Fajardo et al. (2018) refieren:
No existe un tiempo definido para lograr un objetivo, lo más importante es tener
paciencia porque cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo y no se debe
presionar ni comparar con otro. La
intención es ofrecer actividades que el niño esté preparado para superar y así
poder elevar su autoestima (p. 27).
Importancia de la
estimulación para un niño/a menor de tres años
“La
estimulación temprana es de vital
importancia para el adecuado crecimiento de nuestro bebé. Su desarrollo motriz,
cognitivo y de lenguaje dependerán de la atención y dedicación que le
ofrezcamos al momento de interactuar con él” (Esteves Fajardo et al., 2018, p. 27).
La
estimulación temprana se respalda científicamente. Polaino-Lorente (1999,
citado por Zarate Fachin, 2017) menciona:
La estimulación temprana es importante
por tener un sustento científico para su aplicación en el proceso de desarrollo
en las diferentes etapas en niñas y niños de 2 a 3 años, es acogida como parte
de la formación profesional a educadores parvularios, que con conocimientos
relacionados con la realidad ponen de manifiesto sus capacidades. También debemos
indicar que la estimulación temprana facilita desarrollar las habilidades y
destrezas de todos los movimientos y reacciones naturales, para potenciar de
manera organizada y progresiva en cada una de las etapas de desarrollo de niños
y niñas (p. 3).
Para
los padres y los profesores, la estimulación temprana significa
inversión. Fujimoto (2002, citado por Ramírez-Abrahams et al., 2014) afirma:
invertir en el desarrollo de los niños y las niñas de 0
a 3 años es trabajar para el beneficio de la sociedad. En tanto haya una
infancia feliz, con condiciones básicas de desarrollo, que les permitan la satisfacción
de sus necesidades físicas, emocionales e intelectuales, habrá ciudadanas y
ciudadanos seguros y confiados en el mundo que les rodea (p. 69).
La
estimulación temprana para los niños tiene sus
propios tiempos y sus características, la cuales tienen que ser valoradas. Para
Minsa, 2011 y Censia, 2001, citados por Flores Aguilar, 2013),
Es claro que mientras la estimulación sea oportuna y temprana,
ésta tendrá́ un impacto positivo en el crecimiento y desarrollo del niño.
Durante los primeros años de vida los factores ambientales adquieren una gran
importancia. Si son adecuados, el sistema nervioso se desarrollará en mejores
condiciones. La mayor parte del desarrollo cerebral ocurre antes de que el niño
cumpla 2 años y es en ese corto lapso cuando los niños adquieren la capacidad
de pensar, hablar, aprender y razonar, además se forman los fundamentos de los
comportamientos sociales que los marcarán durante toda la vida adulta (p. 103).
La
estimulación temprana permite el
desarrollo de muchas habilidades, en los niños, específicamente durante los
tres primeros años de vida. Por ejemplo, para Ramírez-Abrahams et al., 2014),
En la etapa del desarrollo desde el nacimiento hasta los
tres años, las personas experimentan logros fundamentales en el desarrollo de
habilidades como: hablar, caminar, relacionarse con otros y practicar actos de
autonomía fisiológica. Por tanto, una estimulación y apoyo apropiados y
continuos son de vital importancia para su desarrollo integral (p. 70).
En
este sentido, la estimulación
significa integración, quehacer humano, desenvolvimiento, procesos; de acuerdo
con Meléndez (2003, citado por Ramírez-Abrahams et al., 2014),
La necesidad de estimular el desarrollo de los niños y
las niñas supone la integración de todas las ciencias del quehacer humano para
comprender integralmente el desenvolvimiento de la persona y sus procesos de
maduración y crecimiento en interacción con el ambiente (p. 70).
Conclusiones
La
estimulación temprana es de vital importancia durante los primeros años de
vida; a través del juego y diversas actividades, según su edad respectiva, los
infantes podrán tener diferentes oportunidades, para explorar, adquirir
destrezas y habilidades, de una forma totalmente natural y divertida, generando
el desarrollo de habilidades cognitivas, sensoriales y del lenguaje: útiles
para desenvolverse y entender mejor lo que sucede a su alrededor. Durante este
proceso, los padres cumplen un papel fundamental; se espera que ellos mismos
sean los primeros maestros de sus propios hijos, interactuando y creando
vínculos de confianza que le ayuden a madurar en su proceso de autonomía e
independencia; todo esto se podrá lograr gracias a la estimulación temprana que
desarrollen en sus hogares; principalmente la madre, quien asume un papel
protagónico durante este proceso; ella pasa mayor tiempo con el hijo; las
experiencias del niño dependerán mucho de cómo la madre intervenga.
Durante
el proceso de la estimulación se encuentran algunas dificultades; por ejemplo,
el niño no avance al ritmo que uno desea, haya días cuando no quiera participar
de la estimulación, no hagan lo que les enseña, entre otros. No todos los niños
son iguales, no responden de la misma manera. Es necesario que la madre muestre
amor, paciencia y comprensión para darle confianza y seguridad a su pequeño.
Durante las actividades de estimulación debe usarse diversos recursos y
materiales: imágenes grandes, claras y llamativas, libros, juegos didácticos y
música, con el propósito de que puedan: oír, sentir o palpar; es de mucha ayuda
para el infante. Sin lugar a dudas, se destacan los juegos, impulsan su
desarrollo. Se debe aprovechar cualquier actividad diaria, para fomentar la
estimulación temprana, de manera sencilla y práctica.
Referencias
Alcívar-Chávez,
A. C. (2018). Estimulación temprana y
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